Ser
entrenador puede parecer un puesto de trabajo divertido y llama la
atención a primera vista. Sin embargo, es una de las profesiones más
arduas, y requiere de mucha capacitación.
El
coaching es una profesión cada vez más solicitada, su demanda
creciente en el ámbito deportivo se debe a la necesidad que han
percibido los atletas en los últimos años; necesidad que se ha
extendido a muchos deportistas en cualquier edad y disciplina.
El
hecho de que se trate de un equipo de niños no es para nada la
excepción. El coaching deportivo, aplicado a niños, enfatiza en el
aprendizaje adecuado para que los mismos tomen conciencia de su
capacidad a través de sus metas, focalicen sus motivaciones y,
durante el proceso, hagan emerger su talento por medio del desarrollo
de hábitos y rutinas saludables intrínsecos a sí mismos, aplicando
las herramientas necesarias incorporadas por su entrenador, mediante
un trato particularmente sensible y sin presión. El niño necesita
comprender y sentir las sensaciones de los resultados exitosos, así
como también fortalecer su umbral de fracaso, esto es lo que le
facilita el coaching deportivo, a través de emprender ese viaje
hacia el autoconocimiento en el ámbito de la competición a una
temprana edad.
El
entrenador deportivo no será el terapeuta de los niños, sino un
acompañamiento preparado, para potenciar el crecimiento personal de
cada uno como deportista. En el proceso, el entrenador ayuda a
esclarecer los objetivos del equipo para ir desde donde están hasta
donde quieren llegar, facilitando que encuentren en sí mismos los
recursos necesarios para gestionar las diferentes situaciones con que
se encuentren y llevar a cabo un plan de acción para lograr los
objetivos del equipo a través de la motivación interna, la
consciencia, el compromiso, la capacidad de decidir, la confianza en
uno mismo, la responsabilidad, la acción y, sobre todo, el
compañerismo.
Un
rendimiento óptimo en el ámbito deportivo, en el cual los niños
incursionan, no requiere tanto de la existencia de habilidades como
de la creencia de que somos capaces. El coaching permite a los niños
identificar la percepción de eficacia que cada uno desarrolló en
una primera instancia de la infancia y contrastarla con la realidad
actual.
Por
esta misma razón, se presentan a continuación las 4 principales
adversidades que un niño enfrenta al no ser acompañado por un
entrenador que lo guíe psicológica y emocionalmente:
Desviarse
del foco de atención
Tomar
consciencia. Querer. Saber. Actuar. Nada de esto es posible si se
pierde la directriz. Los niños son seres humanos y la inestabilidad,
junto a la oscilación, forman parte de las debilidades más
frecuentes y fáciles de adquirir. Es necesaria la presencia de un
entrenador que los mantenga focalizados en el objetivo de una forma
paciente, cálida y productiva. Sin presiones ni palabras agudas que
puedan dañar la autoestima del niño.
Entender
la meta deseada
Determinar
y visualizar el lugar deseado puede sonar fácil, pero a menudo es
una tarea costosa que puede dificultar el proceso, incluso para los
deportistas adultos. Es necesario un trabajo de consciencia que
acompañe hacia la meta, y se comprenda el sacrificio y la
gratificación que la misma conlleva.
Analizar
si el objetivo está alineado con los valores personales
Estar
a la altura de la meta es algo esencial para alcanzar el éxito. La
acción, la diversión, mantener la motivación, tener constancia y
tener muy presente dónde queremos estar y a dónde queremos llegar,
será determinante en el proceso, y sólo un entrenador preparado
puede desarrollar estas capacidades, analizando las fortalezas y
debilidades de cada niño.
Resolver
cualquier miedo
La
resolución de miedos y traumas del pasado es fundamental para el
desarrollo de un niño en cualquier ámbito de su vida, y no hacerlo
puede bloquear e incluso impedir un cambio evolutivo en él. Además
puede significar una adversidad para el resto de su vida.
En
el caso de miedos y traumas ocasionados por experiencias anteriores
en relación al deporte que está practicando, o cualquier otro
deporte que practicara con anterioridad, un entrenador debe estar
totalmente capacitado para ayudar al niño a que confíe en sí mismo
y supere cualquier adversidad o patrón de repetición dañino.
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